Si, lo sé, tenéis razón, pero ¿qué culpa tengo yo de que Brooklyn Magazine sea una fuente inagotable de magníficos interiores? En este que nos ocupa lo que prima es la neutralidad, solo interrumpida por pinceladas en la gama de marrones, desde los más claros, incluso amarillos, hasta los más oscuros, llegando puntualmente a negros. Esta combinación, junto a su justo mobiliario, hacen de esta vivienda un espacio atemporal con un halo de bohemia elegancia.
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